Los representantes de los niños, niñas y jóvenes de Argentina, Bolivia,
Brasil, Chile, Colombia, Perú, El Salvador, Nicaragua y Guatemala
reunidos el 15 y 16 de junio en la Reunión Continental de Jóvenes de
co-partes de terre des hommes – Alemania, en Praia Grande, Sao Paulo –
Brasil en el proceso previo a la conferencia de Desarrollo Sostenible
Rio + 20.
Reconocemos que:
Los saberes, prácticas y cosmovisiones de nuestras
culturas originarias están en peligro de desaparecer y ser subsumidas
por el actual sistema mundial mono cultural, que pretende universalizar
desvalorizando todo lo proveniente de los pueblos indígenas y
tradicionales.
El sistema económico capitalista está en crisis,
puesto que sus fases de extracción, producción, consumo y descarte es
incompatible con la capacidad de regeneración de la naturaleza, es
también incompatible con la vida y la naturaleza considerando a ésta
última como un objeto convirtiéndola en recursos naturales que deben ser
explotados.
Tras la realización de Conferencias, Acuerdos,
Protocolos y demás instrumentos internacionales en torno a la
problemática del cambio climático y sus efectos, el compromiso político
no ha llegado a concretizar acciones que contrarresten estas
consecuencias del actual sistema económico, lo que ha llevado a los
acuerdos al fracaso.
Así mismo los principales causantes del cambio
climático se resisten a firmar los acuerdos y comprometerse con estos,
para no afectar sus intereses económicos.
El sistema trata de
reinventarse, proponiendo solamente medidas parciales que no son
suficientes para lograr el cambio que creemos necesario, por lo tanto
aún se continúa una relación insostenible entre seres humanos y
naturaleza. Además se pretende colocar un precio a los ecosistemas en
crisis para continuar ese proceso de explotación irracional.
En
nombre del desarrollo económico muchos gobiernos han impuesto políticas
que responden a los intereses de las transnacionales, corporaciones y
empresas entre otros grandes grupos económicos a través de la
militarización, privatización de la Madre Tierra, desplazamientos
humanos forzados, entre otras acciones violentas que violan los derechos
de los pueblos. Este sometimiento termina afectando directamente su
soberanía.
En nuestros Estados el modelo de desarrollo capitalista
sólo ha servido para beneficiar económicamente a una pequeña parte de la
población, sosteniendo grandes alteraciones ambientales que afectan a
todas las formas de vida. Estos efectos son especialmente perjudiciales
para los sectores de la población que cuentan con menos recursos para
hacer frente a estas problemáticas, siendo la mayoría.
Nuestros
sistemas educativos no generan concientización socio político y
cultural, fomentan el desequilibrio entre los seres vivos de la
naturaleza y desvalorizan las habilidades personales. Además
evidenciamos una fragilidad en los elementos metodológicos didácticos.
El
sistema ha cimentado, en las instituciones de la sociedad: el
individualismo competitivo entre seres humanos debilitando el sentido de
comunidad, familia y la valorización del género femenino; el consumismo
que va más allá de las necesidades de las personas; y el
antropocentrismo que fomenta una relación de poder para dominar y
destruir nuestro entorno .
Frente a estas principales problemáticas
que nos afectan a todos los seres vivos, especialmente a niños, niñas y
jóvenes, asumimos un rol activo como agentes de cambio necesario para
nuestros pueblos, nos posicionamos, demandamos y proponemos lo
siguiente:
Frente al sistema en crisis, debemos garantizar la
recuperación, fortalecimiento y transmisión de los conocimientos, buenas
prácticas, valores y cosmovisión de las culturas ancestrales, ya que
éstas no se han perdido totalmente. Esta opción nos aporta herramientas
para la soberanía de los pueblos construyendo un Buen Vivir.
Frente a
la amenaza hacia la biodiversidad, nuestra opción es el camino del Buen
Vivir. Esta forma de vida contempla a la Madre Tierra como una entidad
que provee, pero que también tiene su propia espiritualidad. Le decimos
no al consumo desenfrenado, no a la contaminación de nuestra Madre
Tierra, y no a una explotación irracional de los recursos.
Nosotros
defendemos que la sociedad civil debe asumir una posición activa sobre
los temas políticos que afectan nuestras vidas. De esta forma, nosotros
como niños, niñas y jóvenes debemos organizarnos para ser escuchados,
participar en espacios de toma de decisión y ser tomados en cuenta en la
generación de políticas públicas como actores sociales.
Para generar
un cambio no es suficiente una economía verde. Esta propuesta solo
afecta algunos elementos de nuestra sociedad. Nuestra propuesta es que
los cambios deben ser en las bases del modelo económico que estamos
practicando.
Rechazamos toda forma de violencia, especialmente las
que sufren nuestros pueblos para entregar las tierras, el agua y la
energía a manos de privados para su explotación. Aún más cuando esa
violencia es a través de la militarización de las zonas en disputa. En
nombre del desarrollo económico han ocurrido muchos casos de vulneración
de los Derechos Humanos y de la Madre Tierra, tales como
desplazamientos forzados, uso de la fuerza militar para resolver
conflictos en nuestras comunidades, y también la explotación de la Madre
Tierra por intereses económicos. En base a lo que fue dicho, proponemos
procesos de concientización de las comunidades y organización a partir
de sus propios contextos culturales.
A partir de lo anterior,
proponemos que el sistema de educación integre en su currículum
elementos para la formación de la población que fomenten la
concientización sociopolítica, cultural para promover un equilibrio
entre los seres vivos de la naturaleza. Además de eso, también
defendemos la existencia de espacios donde se desarrollen procesos
educativos fuera del sistema escolar. Estos espacios deben fomentar el
desarrollo integral de la persona, construyendo los conocimientos útiles
para sus comunidades. Así, queremos una sociedad que respete los
derechos personales, sociales y de la Madre Tierra.
Creemos que es
necesaria una democratización de los medios de comunicación para que en
ellos exista una diversidad de opiniones, y las culturas sean
representadas. Así, sumado a lo anterior, también es necesario que el
Estado se preocupe de la inclusión de espacios culturales en los medios
existentes, para que de esta forma las personas que se relacionen con
estos medios puedan tener herramientas que contribuyan a su análisis
crítico. De la misma manera, queremos que existan las condiciones para
que los medios de comunicación pertenecientes a las comunidades locales
puedan coexistir con los otros medios masivos.
Exigimos a los
gobiernos del mundo asumir acciones inmediatas para restaurar una
relación armoniosa con la naturaleza, a través del respeto a la
diversidad cultural, identidad y soberanía de los pueblos, garantizando
mecanismo reales de participación de la sociedad civil.
Los niños,
niñas y jóvenes hacemos un llamado a los gobiernos, movimientos sociales
y organizaciones para unirnos y emprender acciones conjuntas de
participación, movilización e incidencia para alcanzar un Buen Vivir.
Agradecemos
a la Madre Tierra por la oportunidad de permitirnos hacer este trabajo
como hijos llenos de amor, luchemos por la vida!
Praia Grande, 17 de Junio de 2012.
Fuente: tdhsudamerica
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